Por Candy Véliz
Una vez al año los metaleros se reúnen en el centro de
Sumpango, la actividad que los convoca es un concierto de metal esperado cada
año, catalogado como uno de los mejores, no solamente por la calidad del
sonido, la amplitud del espacio, la calidez de sus anfitriones sino también la dedicación y cada detalle manifestado en el mismo, pues el concierto no viene solo, cada año se espera una nueva
sorpresa relacionada con el arte, la literatura, pintura o fotografía…
El concierto también presenta una gama amplia de bandas nacionales tanto departamentales como de la capital, los metaleros organizan su llegada en carros, buses y los que viven en las comunidades cercanas como Chimaltenango y Santa María Cauqué ven la mejor opción cerca de su espacio sin tener que viajar hasta la capital.
La celebración inicia desde muy temprano, las personas comunes que caminan por las calles de Sumpango ven gran cantidad de jóvenes vestidos de playeras negras y cabelleras largas, pero ya no dan desconfianza, al contrario ver a cada uno de ellos con un paquete de cuadernos bajo el brazo o abarrotando la librería más cercana para adquirir útiles escolares hace que esa estigmatización desaparezca y cambie por un sentimiento de empatía que surge de la solidaridad y de los sueños de una sociedad que posibilite mayores oportunidades, mayor inclusión y mejor calidad de vida.
El Metal se ha caracterizado por ser un género musical contestatario, contra sistema, letras llenas de repudio a un sistema basado en la desigualdad, corrupción e impunidad. En esa misma línea, en el año 2006 surge el Colectivo Internal Circle integrado por jóvenes metaleros del municipio de Sumpango, Sacatepequez quienes al ver las condiciones de las áreas rurales carentes incluso de las necesidades básicas toman acciones en esas comunidades donde el tiempo pasa y las entidades de gobierno cambian con el pasar de los años sin dar respuesta a las demandas de los pobladores, quienes reciben promesas solamente en la etapa previa a las elecciones presidenciales.
Durante la tormenta Agatha en el año 2010 las personas sufrieron las inclemencias del clima, pero más que eso, sufrieron el abandono, el aislamiento y el olvido por parte de las autoridades quienes han llegado a naturalizar las condiciones precarias en que allí se vive. El 2009 y 2010 los metaleros se organizaron para paliar un tanto la situación, reunieron víveres para las familias y se acercaron a lugares lejanos donde la esperanza no llegaba.
Al ver la mirada de los niños y las condiciones de las escuelas, deciden que hay mucho por hacer para ir generando cambio desde las bases y es así como inicia un proyecto, apoyar a los niños en etapa escolar, plantearse un plan a corto, mediano y largo plazo, con propósitos claros y concretos, los fondos surgen de un concierto anual donde los asistentes llevan útiles escolares como parte de la entrada y todo el dinero recaudado servirá para llevar útiles escolares que serán entregados a varias escuelas de distintas comunidades.
El 11 de mayo del 2017 fue el 8vo. año consecutivo que el Colectivo Internal Circle llega a la escuela de El Tunino, Guachipilín, Rancho Alegre y Yalú. Los niños reciben un paquete que consiste en cuadernos, lápices, borradores y sacapuntas y para dejar un mejor sabor de boca unos caramelos.
Otro de los aportes del Colectivo Internal Circle es la instalación de un laboratorio de computación en la escuela de Rancho Alegre que ahora cuenta con computadoras en buen estado y están a la espera de más donaciones para cubrir las necesidades de los estudiantes que carecen de las mismas.
Es satisfactorio ver las sonrisas de los niños, la convicción de saber que un día cotidiano puede transformarse en una experiencia que marcará su vida y permanecerá en sus recuerdos, ese día en que los jóvenes de playeras negras y pelo largo voltearon su mirada, encontraron la esperanza en la mirada de un niño y ambos intercambiaron una sonrisa profunda. Ese mismo día que aprendieron que la solidaridad no tiene color, ni gusto y que los sueños se comparten pero principalmente se construyen, tal como la música.
Hay mucho por hacer, este año un cineasta acompaña el camino de los metaleros, porque estas historias son las que deben quedar plasmadas, deben ser contadas y deben ser replicadas; queda mucho por construir, que cada una de las cosas con las que nos sentimos identificados y que realizamos sigan fomentando una sociedad más inclusiva, más solidaria y más humana.
Dejo a continuación algunas fotografías para acercarse aún más al trabajo de Internal Circle.
Construcción de la librera en la Escuela de Guachipilín.
Entrega de útiles escolares 2017
Laboratorio de Computación Escuela Rancho Alegre